Es la segunda vez este año que los centroamericanos emprenden su camino para cruzar las fronteras.

Más de un centenar de inmigrantes hondureños salieron este viernes en una nueva caravana hacia Estados Unidos, conscientes de que las posibilidades de llegar son muy escasas por el riguroso control que ejercen las fuerzas de seguridad de México en su frontera sur con Guatemala.

La pequeña caravana se comenzó a concentrar en las primeras horas del jueves en la terminal de autobuses de San Pedro Sula, en cuyas áreas verdes y al aire libre los inmigrantes durmieron unas pocas horas el jueves en la noche.

La terminal de autobuses es el punto de concentración de los inmigrantes desde la primera caravana que salió hacia Estados Unidos el 13 de octubre de 2018.

Igual que en el intento anterior, la citación se difundió por redes sociales. «Buscamos refugio porque en Honduras nos matan», dice el mensaje, que añade que estarían buscando «una ruta diferente para evadir a la Guardia Nacional de México», y que la caravana se denomina «Ruta del Diablo», porque «por ella circula un tren nombrado «El diablo».

Varios miembros de este grupo son jóvenes y afirmaron que llegaron deportados el miércoles y el jueves por vía aérea y terrestre desde México, tras su intento por cruzar a Estados Unidos hace algunos días.

 

Los miles de inmigrantes hondureños que todos los años se van de su país, aducen por lo general que lo hacen por la falta de empleo y la inseguridad que sufre Honduras, con un promedio de catorce homicidios diarios, según fuentes oficiales.

 

Por eltiempo

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