Un patrón alimentario parecido a la dieta mediterránea puede ser la mejor forma de alimentarse, en caso de padecer este trastorno del sistema nervioso. Sigue leyendo para descubrir una propuesta semanal de dieta para el párkinson.
La alimentación está en la base de una mejor salud y calidad de vida, tanto en la prevención de enfermedades como para aquellas personas que ya sufren algún trastorno. En el tema que nos ocupa es importante remarcar que no existe una dieta recomendada para pacientes con párkinson, pero un régimen adecuado puede ayudar a mejorar muchos de los síntomas.
La enfermedad de Parkinson es una afección neurológica progresiva. Se desarrolla cuando las células del cerebro dejan de funcionar de forma correcta y aparece la imposibilidad de producir dopamina. Como consecuencia, se hacen presentes algunos síntomas concretos como temblores, lentitud de movimientos y rigidez muscular.
Se trata del segundo problema de salud con más prevalencia entre la población de edad avanzada, por detrás del alzhéimer. Hoy en día afecta a unos 6 millones de personas en todo el mundo. En su origen tienen un papel destacado la genética y los factores ambientales. De aquí la importancia de la nutrición y la dieta para pacientes con párkinson.
La enfermedad de Parkinson y la dieta
Cuando una persona está afectada por este trastorno, hacer cambios en las rutinas alimentarias puede mejorar los síntomas y la calidad de vida. Mantener una dieta saludable y balanceada promueve un mejor estado de salud y bienestar, tanto en estos casos como en la población en general.
En esta patología concreta, estudios epidemiológicos han demostrado que el consumo de alimentos antioxidantes y ricos en omega 3 pueden tener un efecto protector. También algunas bebidas como el té o el café.
En cambio, es mejor evitar otros que se han relacionado con un peor desarrollo de la enfermedad, como los lácteos o las grasas saturadas. En el siguiente apartado lo especificamos con más detalle.
Potenciar los hidratos de carbono complejos
Este objetivo se consigue con dietas ricas en granos integrales, legumbres, patatas o moniatos. Estos alimentos aportan vitaminas y minerales y disminuyen la necesidad de picar entre horas. Cuanto más presentes estén, menor será la ingesta de alimentos procesados o bollería, que no están recomendados.

• Rica en frutas y verduras frescas
• Proteínas de calidad
• Evitar los lácteos
• Estreñimiento
• Disfagia

•Hacer pequeñas comidas y a menudo. Tener buena postura y estar concentrados durante este rato.
•Los alimentos tienen que ser homogéneos, evitar grumos y espinas. La consistencia ideal es jugosa y blanda.
•Hay que evitar algunas texturas que aumentan el riesgo de atragantamiento. Entre ellas están los alimentos resbaladizos, los que desprenden agua al comer o las mezclas de líquidos y sólidos.
•Puede ser necesario emplear espesantes para las bebidas.

Por eltiempo

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