Retomar el significado de las fiestas y enseñar a los niños a compartir es la mejor enseñanza.
La Navidad es una fecha tan importante en la vida de un niño que deja una huella imborrable.
No hay un solo niño para el que no sea interminable la espera de la Navidad. La añoran y cuentan los meses, los días, pues en esa época ellos se vuelven el centro de atención afectuosa de sus padres y demás miembros de la familia.
Esta vivencia les recuerda que son queridos y aceptados y los recarga de energía, emocionalmente hablando.
Además, los regalos que reciben son símbolos naturales del inmenso amor de sus allegados.
Por esta razón es muy importante que las familias rescaten el verdadero sentido de la Navidad, que es el de momentos de unión familiar, en los que existe la oportunidad de rescatar tradiciones de amor únicas como lo son las novenas, los villancicos, la cena del 24 y, en general, la alegría por el nacimiento del Niño Jesús.
Por la unión familiar
Las tradiciones nos ayudan también a construir cimientos fuertes en una familia. Reunirse de manera sana y amorosa nos permite transmitir un legado de recuerdos maravillosos a la próxima generación.

Para aquellos que manifiestan tristeza y melancolía por la ausencia de sus seres queridos, hay que validarles sus emociones y, así mismo, incluirlos en los rituales navideños que más les gusten.
Tenga en cuenta al celebrar
Enseñe a sus hijos a dar, a compartir y a reconocer que existen personas que no cuentan con las mismas condiciones de vida que ellos.

Los regalos son un símbolo de afecto. Lo importante no es el tamaño, sino mostrar que se pensó en la persona querida al elegir ese detalle.
Enseñe a su hijo a que le dé regalos, así sea un presente sencillo, elaborado por él mismo. Así promueve un gran valor, el de la gratitud a papá y mamá.
Feliz Navidad.

Por JCmedia