Los funcionarios mexicanos locales ayudaron nuevamente a miles de migrantes centroamericanos a encontrar paseos el domingo en la última etapa de su viaje hacia la frontera de los Estados Unidos.
En una plaza de peaje al oeste de la ciudad de Querétaro, en el centro de México, donde el grupo pasó la noche del sábado, la policía impidió a los migrantes transportar camiones por su cuenta, pero los oficiales los ayudaron a encontrar vehículos para viajes.
El gobierno de Querétaro dijo a través de Twitter que 6.531 migrantes se habían mudado a través del estado entre el viernes y el sábado. Dijo que 5,771 de los que partieron el domingo por la mañana después de quedarse en los tres refugios que había preparado, el más grande de los cuales era un estadio de fútbol en la capital del estado.
Esos números parecían ser incluso más altos que los que hicieron los funcionarios cuando el grupo estuvo en la Ciudad de México durante varios días, lo que plantea la posibilidad de que otros migrantes hayan alcanzado la caravana principal.
Comenzando antes del amanecer, los migrantes se dirigieron a Irapuato, una ciudad agrícola situada a unos 100 kilómetros al oeste en el vecino estado de Guanajuato, y establecieron un campamento alrededor de un centro familiar local y un pequeño complejo deportivo.
Al igual que en otros días, los migrantes aprovecharon cualquier oportunidad para tomar un paseo. Se apilaron en camiones de plataforma, colgaron de remolques de portaequipajes e incluso se apilaron cuatro niveles en lo alto de un camión que generalmente lleva cerdos.
Miguay and Saturday. It said that 5,771 of those departed Sunday morning after staying in three shelters it had prepared, the largest of which was a soccer stadium in the state capital.
Those numbers appeared even higher than counts made by officials when the group was in Mexico City for several days, raising the possibility that other migrants had caught up to the main caravan.
Starting out before dawn, the migrants went on to Irapuato, an agricultural city about 62 miles (100 kilometers) to the west in neighboring Guanajuato state, and set up camp around a local family center and small sports complex.
As on other days, the migrants jumped at any opportunity to catch rides. They piled onto flatbed trucks, hung from car carrier trailers and even stacked themselves four levels high on a truck that usually carries pigs.
Miguel Ortiz of Honduras reclined in the pig trailer with his wife and son. He said they were headed to U.S. for a better life where they could work for more than just putting food on the table.
Maria Isabel Reyes, 39, of Honduras travelled with her three daughters and a granddaughter.
«I feel happy by the grace of God,» she said. «Because we’re advancing little by little, but all of us here are moving forward.»
The migrants appear to be on a path toward Tijuana across the border from San Diego, which is still some 1,600 miles (2,575 kilometers) away.